Profesores con blog

Muchos profesores tienen un blog. Muchos profesores leen blogs de otros profesores. Los profesores cuentan y enseñan lo que hacen en clase en sus blogs. Muchos profesores que leen blogs aprenden de lo que hacen otros profesores. No hay misterio: aprender de lo que hacen otros. Sin embargo las clases estaban blindadas hasta que muchos profesores empezaron a escribir en blogs y muchos profesores empezaron a leer blogs y a aprender de lo que hacían otros profesores. Pero hubo que abrir blogs para que fuera posible. Parece que era imposible abrir la puerta de la clase.

Reglas gramaticales, aprendizaje de LE y preguntas

800px-Su_Song_Star_Map_2La primera clase del curso “Prácticas Gramaticales” las dedicamos a reflexionar y discutir sobre qué son las reglas gramaticales y el papel que tienen en el aprendizaje de una LE. Para las alumnas, las reglas son tediosas y constituyen la parte más árida de aprender una lengua, pero son imprescindibles para hablar correctamente. Les hice pensar en cómo aprendemos la L1 y llamé la atención sobre el hecho de que ese caso aprendemos sin reglas. Para ellas, sin embargo, también cuando aprendemos la lengua materna necesitamos las reglas ya que si las ignoramos no podemos hablar de forma correcta. Me ponían ejemplos de hablantes de húngaro que no hablaban bien: no usaban los tiempos verbales de forma correcta, confundían la forma determinada e indeterminada de los verbos, etc. Confundían hablar una lengua con conocer y dominar una variedad culta y no estoy seguro de que aceptaran la validez de la diferencia que les planteé entre ambos conceptos. A partir de esa charla, le he dado vueltas a la cosa sin llegar a ninguna conclusión. Pero cómo dicen que formular la pregunta adecuada es el primer paso para resolver un problema, he intentado formular preguntas:

  • Las reglas gramaticales ayudan a aprender una LE. Ahora bien, ¿esas reglas didácticas se corresponden con posibles reglas  reales que gobiernan el uso del lenguaje? ¿Confundimos la efectividad didáctica con la realidad?

  • Del mismo modo que la fonología elabora un constructo teórico a partir de la fonética, ¿podríamos pensar que la sintaxis construye algo similar a partir de regularidades en los usos del lenguaje?  ¿Esta analogía tiene sentido?

  • La gramática es algo complejo. De acuerdo, voy a pensarla tomando en serio esa afirmación. Una lengua es un sistema complejo dentro del cual funcionan unos determinados “atractores” que fijan patrones sintácticos determinados. De nuevo la misma pregunta ¿tiene esto algún sentido? Si así fuera, ¿qué papel desempeña un aprendiz en interacción con los elementos de ese sistema complejo? Por otro lado, ¿formular una regla gramatical es una forma de didactizar ese patrón para facilitar su aprendizaje? Algo así como “reducir la complejidad para adaptarnos mejor”. Lo que me lleva a una nueva analogía: la gramática es como un mapa ya que un mapa es una representación menos compleja del territorio que representa pero que ayuda a orientarnos. ¿Son las reglas gramaticales el mapa que usamos para orientarnos en el aprendizaje de una LE? Un mapa: una herramienta: una estrategia de enseñanza y aprendizaje.

Sigo buscando pistas para orientarme. Yo sólo quiero el mapa. Descubrir el territorio no está a mi alcance. Digamos que estas preguntas, es la forma que tengo de pensar el problema.

Corrección y coevaluación entre alumnos

escrituracorreccion

En la última clase del grupo C1, después de una tarea de Expresión Escrita pedí que intercambiarán los textos y señalaran los errores que encontrarán. Si estaban seguros podían señalarlos y corregirlos; si no estaban seguros sólo debían señalarlos. Después me lo dieron a mí para que lo revisara todo. Tomé la decisión en el mismo momento de no revisarlo, sino que ellos hicieran una versión final de su texto. Si veían un error corregido debían incorporar la solución a su texto y si veían un posible error debían consultar y comprobar si en efecto era un error o no. Aunque había planificado revisar yo mismo el texto, pensé que si lo hacía le estaba quitando valor al trabajo de corrección que los alumnos habían hecho. Ellos tienen que aprender a revisar sus propios textos y esto pasa por confiar en su capacidad para hacerlo. Si el profesor revisa inmediatamente sus correcciones, esta confianza nunca aparecerá.

Después, cuando habían repasado el texto de otro compañero, les pedí que lo calificarán y que justificaran su nota. Pusieron unas notas bajísimas, porque descontaban una barbaridad por cada error. Cuando tuvieron que justificar su nota, la mayoría sólo aludió a la cantidad de errores que tenía el texto. Una alumna, en cambio, dio la nota más alta, porque ella no había señalado ningún error. Según pensaba, no era capaz de encontrar y corregir errores porque “no sabía escribir”. Dejando de lado sus razones, lo importante es que como no tenía errores en los que fijarse, puedo ver las cosas buenas del texto. En su justificación indicó que el texto estaba bien organizado, que contenía toda la información necesaria, que la extensión era adecuada, que no había frases confusas, etc. Sin errores que la distrajeran pudo ver el texto. Cuando los demás se dieron cuenta de que había otras cosas que calificar además de los errores, revisaron su primera nota y pudieron ver muchas más cosas en el texto que los errores. Una pequeña lección para los que corrigen textos escritos.