En un artículo todavía en prensa que aparecerá en el Journal of Pragmatics, Blas Arroyo analiza el uso de «muy bien» como marcador discursivo. Además de sus valores adverbiales, se identifican identifican estos otros usos:
Furthermore, muy bien is a highly versatile and multifunctional discourse marker. In th epreviou sections, ithas been shown to function at distinct levels of discourse: (1) textual: as an information structuring device, signalling a change or redirectionof topic ;(2) interactional: in affirmative answer turns; (3) cognitive: as a marker supporting speakers’ cognitive activity in argumentative or narrative sequences; and (4) attitudinal: revealing the affective involvement of the interlocutors in the joint construction of the verbal interaction (los subrayados son míos, D.J.).
Según Blas Arroyo estamos ante un proceso de «pragmaticalización» entendido como
the processes that involve the blurring of the propositional content of linguistic expressions, to the extent that they no longer act as purely semantic elements, but rather as discourse markers of procedural meaning in verbal interactions
El autor hace esta caracterización tomando un corpus de habla de Castellón y afirma que son usos característicos de la variedad castellonense. Creo que esos usos, al menos algunos de ellos, se podrían extrapolar a otras zonas.
Me ha interesado el artículo porque se puede seguir el proceso que lleva a una unidad gramatical a convertirse en marcador discursivo: perder su significado, sus relaciones con otras palabras, a perder su lugar en la frase, a adquirir nuevas características entonativas. Además nos obliga a pensar en la lengua oral, su especificidad y las diferencias con la lengua escrita, y con ideas acerca de la corrección y de lo que se dice y nos muestra la infinita capacidad de innovación del lenguaje, en este caso, la aparición de nuevos usos por pragmaticalización.
Es curioso que solo hace unos días en la preparación del DELE,comentábamos la necesidad de evitar decir «muy bien» cuando un candidato terminaba sus intervenciones orales para no darle la impresión al candidato que esas palabras eran una calificación de su desempeño. Para evitar este malentendido, sería necesario enseñar los usos de «muy bien» como marcador discursivo.
Referencia
Blas Arroyo, JL. From politeness to discourse marking: The process of pragmaticalization of muy bien in vernacular Spanish, Journal of Pragmatics (2010), doi:10.1016/j.pragma.2010.10.002
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